Cultura Mapuche
Las evoluciones sociales, políticas y culturales, originadas especialmente por el fenómeno de la globalización, ha reformado la estructura de la sociedad. Uno de los procesos predominantes en estos cambios, ha sido la prosperidad de los países a nivel mundial que, ha dado lugar a un sostenido crecimiento urbano, al establecimiento de un medio de comunicación de masas y al desarrollo dinámico y continuo de algunas naciones. Todo esto, conlleva a reflexionar acerca de los beneficios y prejuicios de la globalización y su impacto positivo y/o negativo en las culturas minoritarias e indígenas.
Esta realidad ha llevado a los diferentes países y pueblos a dialogar acerca del adelanto cultural, con el fin de conservar vigente sus propios modelos y valores culturales heredados por sus ancestros, adquiriendo la responsabilidad de la promoción y garantía de las culturas, primordialmente de aquellas minoritarias.
Es así como la comunidad mapuche, cuya población se localiza en gran proporción en la región de la Araucanía, no ha permanecido ajena al proceso de intercambio social, político y cultural con otros pueblos, transformando de alguna manera su estructura social antigua.
De las nueve etnias que en el presente se encuentran en Chile, los mapuches son los más numerosos. Se hicieron conocidos por su aliento indomable que los llevó a resistir a los conquistadores españoles por más de tres siglos. La riqueza de la cultura mapuche se refleja en cada una de las expresiones de la vida cotidiana. Religión, música y comida mantienen viva la tradición de esta etnia.
Su estructura social es basada principalmente en la familia y la relación entre ellas y generalmente están conformadas por el padre, su esposa y sus hijos. La familia mapuche, desempeña esencialmente, dos funciones, económica y cultural.
En el ámbito económico, se presenta como una unidad de producción y consumo. Todos los miembros de la familia, desempeñan un rol económico, caracterizado según el género y la edad. En el cultural, es el ámbito donde los jóvenes miembros de la familia son socializados, aprendiendo la cultura e incorporando el estilo de vida tradicional.
La cultura y la sociedad mapuche, se caracterizan por la transmisión oral de saberes y conocimientos que se realizan en el ámbito doméstico, es decir, de padres y madres a hijos, de abuelos a nietos, de tías y tíos a sobrinas y sobrinos, etc.; y a través de las prácticas, ya que en el mismo momento en que se realiza una actividad, se está enseñando y aprendiendo.
En el espacio de la espiritualidad, se educa en el contexto de las fuerzas espirituales femeninas y masculinas que gobiernan el universo para ellos. Las creencias religiosas permiten a la comunidad mapuche, construir relaciones con las fuerzas que gobiernan la vida en general. Lo anterior, se basa en el compromiso que le corresponde a la persona, en conservar el equilibrio con las diferentes fuerzas que dominan las formas de vida según el mapuche.
Como vivienda habitual de los mapuches, construían casas de gran tamaño nombradas ruca, con extensiones que varían entre los 120 y 240 metros cuadrados, y estaban formadas por paredes de adobe o tablas.
La prenda principal era el chamal, especie de manta cuadrada, que los hombres sostenían en la cintura y la enrollaban en las piernas a modo de pantalón; las mujeres la sostenían en el hombro izquierdo con un alfiler grande, mientras otra manta la usaban de falda. Estos vestuarios los teñían con arcillas y pinturas vegetales, armonizando tonos y diseños con gran sentido artístico.
Estas prendas eran elaboradas por las mujeres, quienes transferían sus conocimientos de generación en generación. Ellas eran altamente valoradas por su saber textil; a través de la elaboración de sus tejidos, las mujeres desempeñaban un trascendental rol económico y también cultural.
La cultura Mapuche, se ha ido transformando por el contacto de la cultura dominante, sin embargo, organizaciones de base han investigado diferentes instancias de reclamación para fortalecer y conservar vigente la cultura. Todas sus prácticas o manifestaciones están relacionadas unas con otras, siendo el denominador común para su transmisión y preservación.



